jueves, diciembre 30, 2004

Mi problema

Mi problema contigo es recordar que alguna vez compartimos un espacio imposible. Que donde nos entendíamos era perfecto mientras el resto era un desastre. Ayer anotaba en un papel todas las deleitables memorias que retengo, las primeras veces, las complacencias. Esa tremenda cantidad de postales en que como cachorros juguetones revolvimos nuestros cuerpos con resultado memorable. Ofrecimos tantas cosas y todo eso se perdió sin vuelta atrás, incompatible con nuestros presentes disimiles, innecesario en realidad excepto en estos momentos de soledad y nostalgia.
Como no me va a gustar recordar ese pantalón de pequeños cuadritos minúsculos que bajaba tan lentamente junto con tu ropa interior y me reveló por vez primera el vello de tu pubis, la sombra húmeda de tu sexo mientras mi boca y mi lengua descubría el néctar oscuro de tu cuerpo. Me cuesta no deleitarme en la memoria de tus pliegues, en tus nalgas y el nacimiento de tus piernas, en los vellos que cosquilleaban en mi lengua. Los besos después tenían otro sabor. Tus huesos tenían otro peso en mis manos una vez que la fiebre se apoderaba de nuestras voluntades, ese es mi problema, acordarme de lo que dejó de ser y saber que la postal la llevo tatuada mas adentro que la carne.

lunes, diciembre 27, 2004

La memoria de la imaginación

Será el calor, mi cuerpo te presiente. Recuerdo haberte recogido en esa esquina, sabía que te habías preparado para casi todo, olías a perfume y ropa limpia. Hablamos mientras nuestras manos se enroscaban nerviosamente. Tu piel no era perfecta, pero la piel de tus piernas reaccionó al roce de mis dedos. No se como estábamos besándonos, no se cómo anidé uno de tus pechos en la palma de mi mano y mis dedos reconocieron tu piel morena. Mia manos eran topos ciegos hurgando bajo tus ropas. Tu boca parecía tragarme, mi boca y mi lengua se disgregaban en el sabor de tu saliva mientras un dedo remolón de tu mano reposaba sobre mi entrepierna. No pasó más que eso. Me prometiste tu cuerpo y una hoguera crepitante. Pero ocurrieron otras cosas...

lunes, diciembre 20, 2004

El pasto amarillo

El olor del pasto amarillo.
El olor de tu cama.
El olor de tu falda.
El viento del verano.
Tu cabalgando casi como un fantasma.
Como esa jinete que se confunde con la noche.
Y nuestras manos ávidas.
Y nuestras bocas, tus pies,
tu respiración ciega,
mi respiración cargada
de tu olor más callado.
Yo sabía que allá abajo
en torno nuestro
el verano y su olor,
la brisa sobre la maleza
iba a ser para siempre.
El olor de tu cama
El olor de tu falda
El sabor de tu
Sexo

martes, diciembre 14, 2004

No Lo Era

Pensé que era fácil
Llevarte a un lugar oscuro
Desquitar el abismo que hace tanto nos aleja
Ensamblar nuestros juegos
En nuestras carnes
Pero ya ves
No era fácil, ni pensar
Oscurecer más el abismo
Y el juego de la carne.

lunes, diciembre 13, 2004

No se

No es sencillo reconocer que me gustaría.
Vaya que me gustaría hacer una excepción.
Romper el código de conducta.
Olvidar que soy el que soy.
Ser otro.
Amoral, un par de días.
Calzar una máscara mejor.
Desnudarme ante tu desnudez.
Ser tu excepción.
Que seas quien confirme mis reglas.
Sólo un par de días.
Que ese par de días.
Agoten nuestras paciencias.
Que ocupados en reeducar nuestros sentidos.
Esos días sean el olvido.