lunes, diciembre 27, 2004

La memoria de la imaginación

Será el calor, mi cuerpo te presiente. Recuerdo haberte recogido en esa esquina, sabía que te habías preparado para casi todo, olías a perfume y ropa limpia. Hablamos mientras nuestras manos se enroscaban nerviosamente. Tu piel no era perfecta, pero la piel de tus piernas reaccionó al roce de mis dedos. No se como estábamos besándonos, no se cómo anidé uno de tus pechos en la palma de mi mano y mis dedos reconocieron tu piel morena. Mia manos eran topos ciegos hurgando bajo tus ropas. Tu boca parecía tragarme, mi boca y mi lengua se disgregaban en el sabor de tu saliva mientras un dedo remolón de tu mano reposaba sobre mi entrepierna. No pasó más que eso. Me prometiste tu cuerpo y una hoguera crepitante. Pero ocurrieron otras cosas...

2 Comments:

Blogger Vero said...

Uyuyuyuyuy... ¿qué otras cosas??????

6:43 a. m.  
Blogger Sra. Chayo said...

en el suceder de las otras cosas, donde éstas son, o no son. Por lo general estan obligadas a ser, por lo particular son en el placer. Un beso.

7:39 p. m.  

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