domingo, marzo 27, 2005

La D - Rotosa

Uno no siempre las trae fáciles. O sea, uno narra triunfos pero siempre se trae una vergüenza en el bolsillo. Cuando pasó el tiempo y no querías olvidarme y yo no quería que me olvidaras, me llenaste de correos colenturientos, te ofreciste en bandeja, me hablaste de sicoanalistas incapaces de hacerte olvidar las tardes y noches encerrados en la cabaña de la pornografía, incapaces de echarle agüita al carbón rojo ardiente de nuestros recuerdos y esas conversaciones por teléfono que hablaban de carnes y de reposos, de orgasmos y humedades.
Hablaste de los besos con sabor a entrepierna y a culo, hablaste de mi carne palpitando entre tus pechos, hablabas de que no te importaba nada.
Me dejaba querer.
Hasta que no pude más y quedamos de juntarnos a la batalla esa misma noche, esa misma calle, a la hora esperada del día y tú, creo que sonriendo del otro lado del teléfono me dijiste que no podías. Creo que con tus dientes brillando me dijiste que habías quedado con tu amigo y que no había donde perderse.
Mal perdedor, las chuchadas no las dije por teléfono.

2 Comments:

Blogger Sra. Chayo said...

Mhmmm es casi como el lado B de "revanchas". Nz tienes unas imagenes tan cargadas de sentidos, cada vez que paso, alguna tilde o silencio me deja feliz, esta vez no fue la excepción. "Hablaste de los besos con sabor a entrepierna y a culo, hablaste de mi carne palpitando entre tus pechos, hablabas de que no te importaba nada".... me voy en puntos aparte y suspensivos.

12:09 p. m.  
Blogger Ángel mutante said...

Dejaste cachonda a Cloe y a mí también. Eres un buen aprendís de Sade.
Besitos con olor a clítoris devastado por un orgasmo reciente.
Chaoooo. Sigue así. Nos vemos en el Infierno.

3:55 p. m.  

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