martes, febrero 08, 2005

La magia de la química

Cuando hacíamos eso que le llaman amor, cuando te daba infinitas vueltas en la cama y yo pasaba horas sin conseguir ni un bendito orgasmo no sabía bien, no entendía como cuando tú ya exhausta, volcada entre las sábanas, dispuesta a cualquier cosa para dejarme satisfecho yo seguía con mi "compañero" porfiadamente varias horas intentando registrar ese dorso tuyo que al fin me hiciera ver brotar los necesarios volcanes prohibidos. Alguna vez me dijiste que mi capacidad era "encantadora". Pero la verdad no lo era tanto. No se si sabías que el antidepresivo que llevaba meses tomando me inhibía cualquier tipo de orgasmo rápido, por eso generalmente en la posición más inusual, la más afiebrada, llegaba la liberación y tú delicadamente me decías, me susurrabas entredormida que "adorabas mi humedad".
Yo realmente adoraba tu paciencia. Y me sentía agradecido y a la vez encabronadísimo con la sertralina, la droga de "nunca acabar".

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cloe desde la playa.

He batido el record de vueltas en la cama, soy una oruga blanca y cuadrillè y playera, que espera la llamada de los besos. Aun, no llama. Y eso debe ser parte de. LAs ancias. Tb quiero que amen mi paciencia. silencio. cloe, suda.

4:16 p. m.  
Blogger unsologato said...

Hacía mucho que no leí tus amores...
La luna está como el bigote de un gato y ojalá ella conserve la paciencia en toda la piel del cielo porque los volcanes hembras son más perfectos que los volcanes machos...
Por el amor hecho y rehecho!!!
Saludo felino!!!

8:21 p. m.  

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